LA VOZ DEL INTERIOR – CULTURA – CÓRDOBA VIERNES 10 DE DICIEMBRE DE 2004
VARIACIONES SOBRE LO MÍNIMO
Claudia Santanera presenta esta tarde “Tartaruga”, su primer libro de poemas.
“El libro llegó, se impuso como una necesidad. Es el resultado de un proceso que se inició hace más de 10 años. Hubo muchos años de trabajo en soledad hasta que sentí la urgencia de una guía”. Así cuenta Claudia Santanera el origen de su primer libro, Tartaruga (Alción Editora), que la autora presentará esta tarde en el Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40).
Durante 2003 y 2004 Santanera fue alumna del reconocido poeta Arturo Carrera, y a partir de ese momento admite que su trabajo adquirió un nuevo sentido. “Tartaruga cobra su forma actual durante ese período de tiempo, fui encontrando las pausas, la extensión de los versos, los espacios entre líneas, las correspondencias formales. Cada viaje representó una experiencia de vida y escritura. Leí muchísimo, investigué, me documenté”, explica la escritora.
-En la obra se da una indagación temática y formal.
-Sí. Por un lado el motivo de la tortuga se presentó como un desafío y un riesgo. Es un animal nada “poético”. Pero en realidad pensé que era un buen motivo y una oportunidad de búsqueda. Desde el primer momento la idea fue salir de las convenciones de lentitud y longevidad y establecer las relaciones por otro lado. Su historia sobre la tierra, su evolución, su forma, sus costumbres, sus necesidades. Durante el proceso, este animal fue adquiriendo un matiz paradigmático, casi sagrado. Respecto al trabajo con la palabra también hay una búsqueda que se puede ver en la forma que toma el poema en la página. Hay dibujos y formas con palabras y líneas. Un juego de lo presente y lo ausente, donde el silencio y el espacio en blanco tienen tanta fuerza como la palabra escrita.
Miradas y silencios
-¿Cómo se terminó definiendo la unidad del libro?
-Es una vieja búsqueda que ha tomado diferentes formas. Tartaruga está pensado como proyecto. Todos los poemas, más allá de la tortuga, dialogan acerca de innumerables temas y significados. Lo que divide, lo que une. El anhelo y la memoria de lo completo. Por allí se mueve esta tortuga, que es una y es todas, entre lo doméstico y lo inalcanzable. Los poemas no tiene título, son variaciones, giros. Tartaruga me permite una mirada sobre lo mínimo, lo silencioso. Lo que nos puede resultar indiferente o producir rechazo.
Santanera admite que en su búsqueda y en su producción influyeron diversos factores. Uno de ellos fue “el trabajo con niños en talleres de juego y creación en torno a la palabra. Hemos inventado y hemos hecho música con ellas. También realizamos búsquedas en torno a las formas de la naturaleza, la unidad de su estructura y la poesía”, cuenta.
Pero además le otorga una importancia fundamental a sus lectura: “Durante esta etapa de trabajo fueron claves los surrealistas y los Caligramas de Apollinaire, así como Huidobro y la poesía visual y concreta. Y también los poetas que frecuento desde siempre, como Marosa di Giorgio, Henri Michaux, Dylan Thomas, César Vallejo, Francis Ponge, Pizarnik y Arturo Carrera, a quien admiro como poeta y maestro”.