La edad de los elefantes \u2013 Muestra colectiva<\/strong><\/em><\/p>\n Dolores C\u00e1ceres \u2013 Carlos Herrera \u2013 Gaspar y Hugo Aveta \u2013 Mart\u00edn Carrizo \u2013 Dami\u00e1n Santa Cruz _<\/p>\n LA EDAD DE LOS ELEFANTES<\/p> Gu\u00eda la manada el agua, la comida. El dibujo de su cuerpo en la caverna. En la mano Gu\u00eda la manada el sol y su memoria. La piel en sus arrugas. En el sue\u00f1o escondido en \u00bfC\u00f3mo saber si somos elefantes?<\/p>\n Criaturas sobrevivientes. Migraci\u00f3n de especies en la misma carne. La manada oye el Atenta. Alerta. La porcelana blanca guarda y captura los rayos de la luz entre sus 22 meses de gestaci\u00f3n.<\/p>\n 22 meses.<\/span><\/p>\n 22 meses.<\/p>\n Y la huella en la sabana se vuelve danza. Se\u00f1al y ciclo. Representaci\u00f3n siempre En la inteligencia del hueso y el colmillo resiste el tiempo. Calcinada palabra. Cortar la \u00bfSeremos elefantes? Buscando incesantes, como locos, el agua de alg\u00fan r\u00edo. Que en Navegamos, cabeceamos. Los restos de un naufragio nos retienen. Una ilusi\u00f3n sobre Dibujo en tu mano un elefante.<\/span><\/p>\n Cerrala fuerte!<\/span><\/p>\n Apretala!<\/span><\/p>\n Sent\u00ed como se cruzan unas l\u00edneas con las otras. Se borran, se confunden. Sobrevida En el final del ladrillo est\u00e1 la tierra. Su semilla que explota con el fuego. El nieto sigue Renacimiento e inicio de los seres y las cosas en su completa desnudez. A veces Hemos llegado a este lugar donde la luz vuelve a encenderse en su primer estadio. Se aleja el elefante de la flecha. Incansable, eterno.<\/p>\n https:\/\/www.plataformaarquitectura.cl\/cl\/tag\/dolores-caceres<\/a><\/p>\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t<\/section>\n\t\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t","protected":false},"excerpt":{"rendered":" La edad de los elefantes \u2013 Muestra colectiva Dolores C\u00e1ceres \u2013 Carlos Herrera \u2013 Gaspar y Hugo Aveta \u2013 Mart\u00edn Carrizo \u2013 Dami\u00e1n Santa Cruz Co curadora \u2013 Catalina Urtubey El gran vidrio Projekt \u2013 Antigua escuela C\u00f3rdoba Del 17 al 20 de agosto de 2017 en el marco del Mercado de Arte Contempor\u00e1neo \/ … Leer m\u00e1s<\/a><\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/1630"}],"collection":[{"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/2"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1630"}],"version-history":[{"count":47,"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/1630\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":4450,"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/1630\/revisions\/4450"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/claudiasantanera.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1630"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
Co curadora \u2013 Catalina Urtubey
El gran vidrio Projekt \u2013 Antigua escuela
C\u00f3rdoba
Del 17 al 20 de agosto de 2017 en el marco del Mercado de Arte Contempor\u00e1neo \/ Arte Avanza<\/p>\n
del primer artista que grab\u00f3 la piedra.<\/p>\n
el cristal, en el marfil de joyer\u00eda.<\/p>\n
choque doloroso y resonante de sus patas en la playa. Aguarda el esperado eco.
Desciende con la lentitud de un p\u00e1jaro hasta el r\u00edo. La piel del pecho inm\u00f3vil para
cantar el r\u00e9quiem.<\/p>\n
l\u00edneas de oro. Finge su forma verdadera, redondeada suavidad, su trompa hacia la
puerta. Trae suerte. Que traiga buena suerte!<\/p>\n
alterada y semejante de la historia. De la naturaleza al arte. Las paredes formulan las
preguntas. Brotan de las grietas, del azul, del blanco de la antigua escuela.<\/p>\n
tierra, cortar el \u00e1rbol para abrir camino. Para perdurar en la estructura que en el
temblor se tensa. Resucita.<\/p>\n
su cauce o su desborde nos explique el duelo del comienzo. En esa piel, en esa
arruga de la piel, en esa astilla que la madera esconde al ojo. Elefantes.<\/p>\n
la otra. Su reflejo. Flota su esqueleto inmenso, suspendido, mientras el mar lo mira.<\/p>\n
que acontece. Acontecimiento. Late el coraz\u00f3n del elefante. Reci\u00e9n nacido en tu
mano. Las traves\u00edas de los hombres por los mares, las traves\u00edas de los hombres
elefantes lejos de su casa.<\/p>\n
los pasos de la abuela. Las figuras de madera en el pesebre de barro. Los diminutos
\u00e1rboles plantados para detener la temporada de crecidas, para desviar el rumbo. La
gruta socavada en el interior de una barranca. Una palada y media, y estamos cerca.<\/p>\n
podemos distinguirlas mientras se desvanecen. En el interlineado de las horas.
Podemos acceder a ese recuerdo que tracciona las m\u00e1s vivas se\u00f1ales, adivinarlo,
intuir que avanza.<\/p>\n
Prolongaci\u00f3n del d\u00eda y de la noche que se aloja en la estructura de la hilera. La luz
forma un remolino durante unos instantes y se hunde definitivamente en su propio
encantamiento. Espacio de no luz que se ilumina al ras de los pasillos del recito, del
convento, de la casa, de la escuela.<\/p>\n