Wintermezzo
Nahuel Vecino
Galería El gran vidrio Ecke
Córdoba
Desde el 29 de mayo al 1°de julio de 2015

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WINTERMEZZO

WINTERMEZZO es antología y compilado. Fuga en el tiempo de un trabajo que ahonda
y que regresa en su búsqueda incansable hacia el punto de partida. Es resultado y es
ensayo, impulso permanente. Un momento que se expande sobre la biografía de una
obra, volver al futuro, arqueología. Las edades del dibujo y la pintura de un artista. En
el boceto el rostro, el germen, la seguridad del trazo y la materia. Ceden las capas, las
pieles de la historia para observar la inquieta maravilla del presente en un puñado de
pigmento puro. Momento intermedio WINTERMEZZO, para mirar en torno y hacia lo
más profundo. Oportunidad de contener la respiración para auscultar cada latido
imperceptible, las arritmias y los golpes de una obra completa porque es inacabada.
Poner pausa para volver sobre el fragmento que obsesiona y que deslumbra, que nos
hace saltar y precipita hacia la era más remota, la edad originaria del dibujo. Abrir
cajas y cuadernos de un artista es una oportunidad para cruzar un límite, para acceder
a un universo preservado e íntimo, para formular nuevos pensamientos.

Mitad de invierno, medio tiempo de las voces de un concierto, de una ópera que deja
en libertad los personajes más variados. Por allí deambulan en diferentes poses, en
sanguinas, temples, óleos. Sorprendidos, heridos, desmembrados. Intercambiando
roles y papeles en cada escena de este reino, de este mundo. Alentando la tensión
entre lo literal e idealizado. Convocando las fuerzas de la síntesis, sin ornamentos ni
detalles, para avanzar hacia su propia abstracción y epifanía.

Las criaturas de otro tiempo, apoyan sus cabezas doloridas sobre almohadas de vidrio
y de ceniza. Aprisionados en él. El descanso se niega a los pequeños seres que
vuelven a soñar un sueño recurrente. Dormidores divinos. Recitadores de tristezas y
desgarros. Aquí estamos, durmientes frutos de oro, los ojos abiertos, lejos de la vida, a
tu lado. Pronunciando palabras que en la noche son claves, son llaves. Criaturas que
te nombran, que ponen en tus labios, palabras de mis labios. Habitantes perdidos, la
bella mano escapa de la seda para tocar la frente herida. La imagen cura, protege del
dolor que se derrama y que se extiende. Siembra la tierra con semillas. ¿Aún estás
dormido? Fragmentos de una tregua y una gloria, perdida en la batalla. De amor que
es el primer sollozo y es vendaje.

Despierta! Tiemblo al mirarte. Despierten! Criaturas que descansan a nuestro lado.
Ha llegado mayo, el mes más cruel.

El que engendra los azules en la tierra, mezcla la memoria y el deseo, y agita las
raíces con las últimas lluvias del otoño. Nos preparamos para el invierno, nos
precipitamos en él, para mantenernos tibios y a salvo de la olvidadiza escarcha,
alimentando las pequeñas escenas de la vida con la claridad que llega del oeste. Se
oye el viento desgarrando el barniz de las ventanas de la casa. La luz recién nacida,
con plenitud de aura, reflejará las simetrías y las correspondencias que ha dejado el
cielo sobre la superficie de la tierra. Claridad que recorta las figuras que se mueven
entre los amorcillos dorados.

El azul remedia los dolores, reúne las palabras en la frase del poeta trágico, para
fundar un nuevo orden en el corazón de la luz. Un reino donde no alcanza vida
humana para narrar los hechos sucedidos, tan real como imprecisa, sin tiempo ni
espacio precedente. Por aquí pasó el invierno, el héroe, la pintura. En la intimidad del
cuarto y de la pose, del gesto y el peinado, se exilia el tiempo en una gota azul.

http://www.ramona.org.ar/node/55920
https://vos.lavoz.com.ar/artes/abre-la-muestra-wintermezzo-un-viaje-por-la-obra-de-nahuel-vecino
https://vos.lavoz.com.ar/artes/nahuel-vecino-la-historia-del-arte-es-un-reality