online casino philippines gcash Infancia y poesía – Claudia Santanera

Infancia y poesía – Muestra antológica


Mariana Robles

Museo Genaro Pérez

Córdoba

Mayo – Julio de 2017

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INFANCIA Y POESÍA

 

Toda infancia logra algo grande, algo insustituible para la humanidad.

Toda infancia, en su interés por los fenómenos técnicos, en su curiosidad

 por todo tipo de inventos y máquinas, vincula las conquistas técnicas

[las cosas más nuevas] a los viejos mundos simbólicos.

 

Walter Benjamín


Las palabras se van tejiendo, una cosa lleva a la otra, como la memoria recorre las imágenes. No hay un plan, simplemente, optamos por hacer algo que se parece a jugar. Si la razón, empieza antes de que nos logremos dar cuenta, inventemos un origen  llamado ficción, imaginación o aventura. El tiempo es la frontera entre la ilusión y la historia, lo singular y la definición, en sus correlatos de época se superponen todos los sentidos, como un tapiz o un bordado. El arte, entonces, sustituye cosas necesarias, y en esa inversión se vuelve indispensable, se dispersa por todas partes. La visión rasguña, el cuerpo habla, lo que existe se multiplica. Es un contrasentido creer que el tiempo pasa, corre, progresa, es más lindo pensar que se acumula como la tierra entre las flores. 

Mariana Robles

En el sinfín de las hablas de los lenguajes de las lenguas [1] la poesía interrumpe la escritura para ser imagen en estado de pureza. Primer dibujo bajo el misterio de la forma. El gesto de la criatura, el esfuerzo de la voz al pronunciarse en la primera sílaba. Nos dirigimos hacia una zona sin fronteras definidas. Acerco mi oído a tu corazón. El hilo cubre el recorrido de la aguja al pasar de un lado al otro. El cuerpo de la aguja va atravesando la tela, permanece en el aire, gira. Con la respiración del poeta la bordadora respira. El dibujo pierde nitidez, se va borrando. Engorda, se deforma. Acerco mi oído a tu corazón. Lo incierto de este instante es la otra parte de un latido que resuena en la memoria, en un lugar persistente y ancestral que compartimos en la abundancia feliz de los juegos de los dibujos de los bordados de los poemas. 

[1] Arturo Carrera, Niños que nacieron peinados.

Claudia Santanera